domingo, 24 de octubre de 2010

SALVAMENTO

Antes de seguir explicando cómo es eso de que parte de La Alhambra "nos" pertenece a los del apellido Rex, expondré un sentimiento que ando removiendo por mi cabeza desde que sacaron de la mina chilena a los trinta y tres trabajadores que estuvieron enterrados en vida más de dos meses. Ha sido genial.



¡Qué alegría! ¡Qué trabajo y cuanta colaboración para que esas personas salieran con vida y se reunieran con sus angustiadas familias...!



Luego, paso rápidamente a pensar en la locura fanática de cualquier tipejo que casi siempre por ideología, en un arrebato sin sentido, mata a inocentes, así, porque le da la gana y truncan, ilusiones, familias, montones de circunstancias que pueden componer la existencia de cualquier individuo arrebatándole el más preciado de los dones como es la vida...


Choca. Choca todo lo que conlleva el salvamento de una vida (este verano ví cómo se movilizó un montón de gente para salvar a un señor que casi se ahoga en la playa). Choca y admira esta proeza de poner en marcha todos los artilugios posibles para que los mineros volvieran a la superficie y por tanto a sus hogares...Y luego, esas matanzas sin sentido a los que desgraciadamente nos estamos acostumbrando. O la muerte de esas pobres mujeres que dejan huérfanos marcados de por vida.


Si se mata en nombre de una religión, ¿qué dios puede ser tan malo que ordene a sus seguidores exterminar a los que no piensen cómo ellos? Si Dios es amor, no puede entenderse esas actuaciones. Si es en nombre de una idea política, ¿quién puede obligar a los que le rodean que piensen de igual forma y manera? Es como si todos tuviésemos que ser simpáticos. O ir siempre sonriendo... O vestidos de rojo... O de verde...


Bueno. No tengo nada de filósofa pero pienso esto muchas veces y aquí sí que sería bueno que todos coincidiéramos.


Luego contaré lo de la Alhambra, como digo, que cualquier día me veis metida en juicios reclamando mi propiedad y el tema es algo más alegre.

Perlas del Segura