miércoles, 10 de abril de 2013

¡ME PASA CADA COSA...!

Si escribiera todas las  cosas curiosas que me ocurren de vez en cuando, seguro que habría hecho un libro más gordo que  El Quijote. Tengo que contarlo y hay que perdonar lo escatológico  del relato pero ha sido real, de esta mañana mismo. Cosas que pasan...

 Después de hacer unas compras, me metí en los servicios  de un conocido centro comercial y me disponía a  alisar mis  pelos de pluma indomables cuando a mi espalda, en la parte de los inodoros, he oído un ruido fuerte seguido de un quejido que me indicaba claramente que alguien se acababa de caer dentro. Me volví rápidamente con un susto mayúsculo y pude ver que a los pocos segundos de haber oído el trastazo, por debajo de la puerta asomaba un pie despojado del zapato que casi llegó despedido hasta mi posición del lavabo. Después, silencio.
-Oiga...¿está bien? -pregunté tontamente.
Con mi pie, empujé un poco el otro que asomaba. Nada. Con el corazón de orejas, porque se me debieron poner rojas de sangre, volví a preguntar muerta de miedo:
-¿Necesita usted algo...? ¡Oiga...! ¡¡Oigaaa!! ¿Me oye?  ¿Le pasa algo? - Chillé a vueltas con la tonta pregunta y como no obtuve respuesta, salí pitando a los mostradores contiguos a los servicios y casi grité:
-¡Por favor, una señora está caída en el servicio...!
No, no ha salido pitando hacia dentro la gente, que sí, aunque no como yo quería, pero la que sí vino corriendo fue una señora cuarentona, que como adivinando dramas y por haberme oído, se acercó mientras gritaba: --¡Mare, mare...! ¿Es la meua mare...? -me preguntó mirándome fijamente. Pero no me ha dado tiempo a contestar y mejor, porque a ver si yo iba a saber si era su madre.
Al volver,  allí estaba la pobre hija que había reconocido el zapato de su progenitora, el pie, el trozo de pierna...Era su madre estaba claro.
Golpeaba la puerta, llamaba, lloraba...-¡Ay, mare,,,! ¡¡mareta, meua...!!
Ché, y qué susto, que pena y qué desesperación de no poder ayudar y como es natural, allí me quedé aunque el baño se fue llenando como si estuvieran dando dinero, pero yo haciendo de almohada a los llantos de la pobre hija que para eso vio en mi a la descubridora de la desgracia de su madre. 
Vino un señor trajeado -que el lugar es muy elegante para tener a gente con mono de trabajo- colocó una escalera y después de solicitar permiso a la hija, procedió a saltar la puerta por la parte de arriba, valga la explicación tonta otra vez. Con él venía un médico de maletín y una enfermera. Räpido: puerta  abierta y el cuerpo de la señora con la cabeza entre el retrete y la pared, una pierna junto a la taza y la otra, que ya lo he dicho, tiesa hacia fuera.
El médico cubrió con la falda a la señora  y con los recién llegados la sacaron del servicio, echaron a la gente y mientras la reconocían...¿qué hacía la hija? Pues llamarme apurada para que me quedara y pedirme quedamente que le ayudara...¡a subir la faja de su madre...! Una faja de pernera corta y con ballenas en la cintura, fuerte, que no sé cómo se usan todavía...
-Mujer...No es por no ayudarla pero, ¿qué importa ahora llevar o no la faja puesta...? Está tapada que es lo importante y  además no puede ser sano que algo le apriete. ¿Por qué no le ponemos el zapato para que no se enfríe? 
Pues bien, si el médico no toma parte en el asunto y le dice a la desconsolada hija que se dejara de bobadas, me veo poniendo una faja a una moribunda que es lo que me parecía la pobre señora.

Llamé esta tarde al hospital de La Fe... La mujer está viva, a Dios gracias. Un ictus que casi se la lleva pero sin más consecuencias. La nariz rota nada más y tranquilamente, sin faja. 
  

viernes, 5 de abril de 2013

LOS CRISTIANOS


Con aquello que dijo Jesús de poner la otra mejilla cuando alguien nos dé una bofetada, hay quien se lo ha aprendido de memoria y nos sueltan cada una que...

Lo siento, pero debo ser mala cristiana, porque de poder hacerlo si me pegan, una de dos, o echo a correr a ver si me libro de la segunda torta, o saco fuerzas de flaqueza y devuelvo el jetazo como más duela. Puede que si la acción viene de palabra poco meditada o sin la mala fe con que la incultura se expresa, me aguantaría tratando de razonar con mi interlocutor, pero si se va con malas artes, saña y desprecio, eso es ya otra cosa. 

En las pasadas fiestas falleras, ha tenido lugar un suceso que ha dado pie a todo tipo de opiniones. Ante una Falla prodigiosa, de un gusto exquisito, una obra de arte en suma como muchos de los monumentos que se dan por estas fiestas, un hindú se quiso inmolar rociándose de gasolina y con la intención de prenderse fuego al pie de ella. Los motivos: Un elefante ataviado con vestimentas indias y varias trompas; una especie de diosa hindú tañendo un instrumento típico de ese país...Bueno, cosas varias que podéis ver tirando mano de internet.

La población hindú bastante numerosa por aquí, recibió el espectáculo que creyó blasfemo, como un trago de ricino y como no podía hacer otra cosa, pues este siervo fiel a esa religión decidió llamar la atención de esa forma tan dramática. Lo demás está en los papeles: intervención de la policía para los disturbios; vecinos que no querían ceder en su derecho de seguir con su fiesta grande; petición de perdón a la comunidad; cubrir las estatuas que causaron el mal rollo, y el regalo de las preciosas diosas salvadas de la quema con indulto extraordinario a los santones ofendidos.


Aquí, si se meten con los cristianos, no pasa nada. La democracia y la libertad, para otros. En el Vía Crucis de Sábado de Dolor algunos se rieron de los que rezábamos con fervor. Hace un tiempo,  Paz Vega desnuda, cubierta con una mantilla y arrodillada "rezaba" ante la Virgen en actitud orante.  En Bayeres de Mariola, acturá en breve una especie de compañía de teatro en la que  ridiculiza a los Papas un tío gordinflón y repelente y se hacen chistes sobre nuestra Iglesia Católica y nuestras creencias. Muy valiente la cosa porque...no pasa nada.

Y...no pasa nada, que no somos musulmanes: solo católicos de los de la mejilla preparada.  Paz Vega no tenía necesidad de recurrir a la blasfemia y herir a los que la seguían, (y no me refiero a la María Magdalena que ahora se programa) Nadie protestará ante el estudio donde ruede. Tampoco irán las fuerzas de orden público al teatro de Bayeres para que impidan un espectáculo lamentable, soez y chabacano lleno de irreverencias (dicen que es una KK)...La televisión con algunos "intelectuales" seguirá machacando principios que luego lamentan muchos no haber inculcado a sus hijos y no pasa nada. Con esto, entiéndase, deseo que Paz viva muchos años y otras/os como ella,  nadie le haga daño pero si deseo que sus películas revienten de malas y de falta de público...cristiano.

Sin ningún afán xenófobo, así nos luce el pelo. En religión, nos ganan la partida hasta los seguidores de Caperucita y su lobo y si no, que alguien se atreva a meterse con alguien por sus principios musulmanes y a ver qué pasa. El pobre hindú, menos visceral que estos, se quería quitar de la circulación por creer que mancillaban a sus dioses, pero en el cristianismo, y con el respeto y la  devoción debida  a nuestro Señor Jesús, eso de poner la mejilla una y otra vez, nos va a dejar sin muelas y  eso, su parte humana, no lo tuvo en cuenta con todos los respetos. Demasiado corderos.



Perlas del Segura