jueves, 4 de junio de 2015

¿LA CADERA? A MI AMIGA MARTHA BARNES


RE: ¿La cadera? A Martha Barn 

Pero, querida Martha, la cadera hay que emplearla para más cosas que para romperla...Cuando éramos más jóvenes, un golpe de cadera inocente, derretía a funcionarios rebeldes de ventanillas y nos daban ese papelito que tanta falta nos hacía y que se inventaban con alguna pega tonta y prescindible...O en combinación con una lágrima sutil  y estudiada al alejarnos de su mesa, convencía al profesor de corazón blando para subirnos unas décimas en la nota de esa asignatura que tan mal se nos daba. Con un golpe de cadera, hemos abierto puertas que se nos resistían y hemos logrado un puesto mejor en los abarrotados conciertos usándola como eficaz "abre caminos".  Nos hemos puesto en primera fila gracias a "los caderazos". Apoyando las manos en ellas, así, en plan "matona", hemos asustado a quien teníamos que asustar si se atrevía a pasar unos límites. Y...en la cadera, hemos cargado a horcajadas a nuestros hijos para aguantarlos más tiempo en su descanso junto a nuestro cuerpo.

¿Cómo se te ocurre romperla, amiga mía? ¡Qué insensatez! Te sugiero que, una vez que ya esté debidamente remendada, arreglada y consolidada, pongas a buen recaudo tamaño tesoro, que lo mimes y lo cuides mucho y como aquellos 15 años se esfumaron como un aliento, cuídalas ahora (las dos caderas, claro) sin hacer esas cosas que hacíamos de jovencitas y hagamos otras, como es mirar por donde pisamos, mirar escaparates sin caer en malas tentaciones, no subirnos a escaleras de mano, correr lo justo y, si has de hacer ejercicio por esa bendita tierra tuya, baila tango, mucho tango suavecito, sin enredos de piernas que ya no somos jóvenes, amiga,  y, como de baile se trata, ondea con tus caderas sin riesgos ya, para que sepan que aún siguen importantes y bellas balanceándose a los ritmos de un bandoneón.

Muchos besos, querida Martha

Perlas del Segura