domingo, 28 de noviembre de 2010

ASUNCIÓN ESTÁ TRISTE...

Ya está otra vez mi prima Asunción por aquí. Hacía tiempo que no pasaba por Valencia y que no la veía. Casi un año y me lo ha tirado en cara:
-Ahora con tus nietos, ya no se te ve el pelo por Murcia.
-Mujer -le he contestado justificando lo que es natural- será que no coincidimos. Luego, tu viajas cuando yo voy para allá y cuando vienes, hace casi un año que no me llamas.

Se ha callado y no la he visto nada belicosa que es lo que le da su mayor encanto. No es ella. Ha perdido peso, se ha cortado el pelo de forma juvenil, irregular y "disparado" y se ha puesto unas mechas rubias que, con sinceridad, la hacen pálida descolorida...¿O es que lo está?

Me ha dicho sin rodeos: -Prima, mi marido me está engañando con otra...

Muda. Muda total me he quedado. Ahora me explico ese cambio tan espectacular que se ha hecho tratando de aparecer "renovada" y atractiva para su Paco.

-¡No digas tonterías, Chon! ¿Qué te hace pensar eso?
-Pues que no para en casa desde hace casi un mes. Dice que tiene que revisar unas obras...¿Qué obras, si ahora están durmiendo todas las grúas que se veían en el horizonte, si no hay un duro? (Las de mi época, no nos resignamos a usar la palabra euro)
-¡Ay...! -he suspirado por mis adentros porque yo sé lo que le pasa a Paco.

La verdad es que mi primo político podía haberse buscado otra excusa para caer rendido en la cama, cuando después de estar en el despacho, decir que se iba encima a ver "obras". ¿Quién se lo puede creer? Y encima, me cuenta a mí lo que pasa...
-Venga, prima, que son figuraciones tuyas...¿A los tantos años de matrimonio y con lo guapa y buena que tú eres, crees que...?

-¡Una leche...! -me ha soltado sin más, volviendo a ser la Asunción de siempre soltando ese taco tan murciano, tan nuestro- Ese tiene un plan, que lo conozco muy bien. Ahora que yo...¡lo araño!...¡¡y no se libra de mí!!

He guardado silencio y he mirado con tristeza cómo agarraba con fuerza la taza del café con leche, con sus manos gordezuelas, sus dedos cortitos y morcilludos que no han cambiado aunque haya guardado régimen de embellecimiento "retiene-maridos" y he estado a punto de romper el secreto que Paco esconde, pero que me hizo prometerle que no se lo descubriría a su mujer y yo...¿qué hago?

-Venga, Chon. Vamos al Corte Inglés y hagamos visoterapia, que están los ocho días de oro, esos que son veinte, y a ver si te peinan allí algo mejor, hermosa, que parece que vas a echar a volar...

Mañana mismo llamo a Paco. O a sus hijos. O...amenazo con arrepentirme y descubro el pastel. No hay derecho a que una persona como ella sufra.


miércoles, 17 de noviembre de 2010

COPLAS DE MI RÍO


¡Ay, el río caminico de plata...!

Espejo pintado sobre la hierba esmeralda...

Por los cañaverales, teñidos de madrugada

inventamos veredas nuevas

entre el rocío y la escarcha.

El río fue testigo de caricias entregadas...

El aliento se hizo hoguera entre las luces del alba,

prendiendo con los suspiros

el lecho ardiente de cañas...

Y la luna, tan discreta,

sin perder su sonrisa pálida,

se sumergió en el río

y con reflejos de nacar,

cegó a las curiosas estrellas

que en su baño la escoltaban.

¡Ay el río, caminico de plata...!

Espejo pintado entre la hierba esmeralda...

La luna con las estrellas teñidas de madrugada,

van dejando las veredas

para abrazar la mañana.


domingo, 7 de noviembre de 2010

HEREDERA DE LA ALHAMBRA


Bueno, pues cualquier día la reclamo. Me refiero a la Ahambra de Granada porque ...¿para qué vamos a pensar en tener menos patrimonio? Las herencias, son las herencias.

Todos los bulos tienen algo para dar qué pensar porque la historia de que los que llevamos el apellido Rex, somos parte a tener en cuenta de esa herencia granadina y universal, es para pensarlo. Ha dado mucho que hablar en mi familia materna, portadores del breve apellido y ha dado también para reírnos las pocas veces que nos podemos reunir. Pensar en ello...pensamos porque somos muy poquitos.

Siempre creímos que el apellido era proviniente del vocablo "rey" según la declinación latina "rex- regis" y mira por donde, según un estudio heráldico, procedemos de una rama judía que andaba por España camuflada y harta de que le vinieran palos por todos los lados.

El bulo "lo trajo" como dije un par de entradas más abajo, el primo de mi abuelo, Nicolás Rex, ilustre escritor, poeta y artista en muchas artes porque lo mismo escribía, que pintaba que armaba un teatro en cuanto se lo proponía y en una reunión con parientes a cual más ilustre, valga la presunción, como eran José Martinez Tornel, Pedro Flores o José Planes, Nicolás averigua por Madrid, que en los jardines aledaños al Generalife, ya casi descolgada de la colina Cerro del Sol, junto a la Sabika, vivió en una modesta casa rodeada de huerta, una especie de mecenas cristiano que dio alojamiento a una hermosa muchacha hebrea huérfana para evitar que su desamparo le causase muchas más desgracias. Se llamaba Sara Rex...¿Época de los hechos? Ni idea. Mi abuelo materno era, además del mayor en la reunión, con formación, pero el menos intelectual, viudo desde los cuarenta y cuatro años, dedicado a su trabajo de recogida de pieles y sobre todo, a sus ocho hijos, no le dio mucho crédito a la supuesta herencia o no quiso hacerse ilusiones y distraerse de sus obligaciones.
La muchacha, que sirvió fielmente al hombre que la acogiera, no se casó y llevó una vida austera dedicada a sus quehaceres en los que se incluía el cuidado de los huertos con los que el cura fue ampliando, como pago (según) a sus labores de atención y cuidado de feligreses clandestinos, enfermos y simpatizantes y eso hizo que el hombre casi se metiera legalmente en el mismo Generalife.

Sara cambió su nombre por el de Micaela y aunque su recuerdo se difumina con el paso de los años, de forma ológrafa y a través de un sacerdote que le hace de confesor, lega en su ancianidad todo el patrimonio "alhambresco" a los parientes aquellos que ostentaran el apellido Rex...

Algo tuvo que haber, porque el ilustre arquitecto que devolvió todo el esplendor a la Alhambra, quitando toda la morralla arabesca exagerada que le habían ido poniendo, Don Leopoldo Torres Balbás (a cuyo hijo tuve ocasión de conocer ya octogenario aquí en Valencia) tuvo algún que otro problema con unos huertos de procedencia misteriosa. (Seguro que fue con el trozo de tierra que me correspondía y yo sin saberlo, (¡mecachis!).

Sea como sea, mi abuelo, sin un duro, declinó en favor de los parientes su parte en la cuestión de propiedad y se rió de la propuesta de abrir una investigación legal para reclamar derechos. Nicolás se desanimó y otros, desertaron de buscar caros abogados, pero...

El único que se interesó por la cosa, fue Pedro Flores, el más joven y asiduo a la tertulia aquella. Fue el único que acabó millonario, primero por su valía y después, quién sabe. Ahí sigue su familia, a los que no tengo el gusto de conocer, que viven muy bien aunque creo, que todo se lo deben si no estoy mal informada, a que son unos trabajadores incansables en sus respectivos negocios y son además grandes emprendedores sobre horizontes nuevos.

Creo que por 200 euros me sacan si tengo en el ADN algún gen hebreo...¿Qué me aconsejáis? ¿Podré reclamar todavía?

Perlas del Segura