martes, 29 de abril de 2008
LA JOYA
No tenía muchas ganas de ir hasta Puerto Lumbreras pero hacía la Primera Comunión, Toñico, un gitanillo hijo de un ex alumno que se empeñó en que tenía que ir a este acto importante para su hijo y toda la familia.
El Toñico, es un crío menudo y renegrido, precioso y con unos ojos pequeños y oscuros que parece que se los hayan puesto pínchados con un lápiz carbón en la cara. Es algo más pequeño que los de su misma edad y la abuela –treinta y siete años que tiene la abuela, cincuenta y cuatro la bisabuela,- dice que no va creciendo como debe porque sabe mucho y así debe ser porque con sus ocho años, ya imita al Camarón y a Farina y entiende de telas, que es a lo que se dedica toda su familia. A eso y a criar caballos desde hace ya muchos años, así que lo de cantar, lo hará en familia o donde la suerte le depare si ha de cantar.
Llevaba puesto para la ocasión de su Primera Comunión un traje de almirante con un montón de galones que le quedaba un pelín grande, pero que mejor, porque así podría aprovecharse para su primo, que viene detrás de él, y para su hermanito chico dentro de unos años. La abuela, le metió al bajo del pantalón un par de dedos y ya estaba.
-No hay que tirar, señorita, que la vida está mú mala…(Lo del “señorita”, es por lo de maestra, ya se sabe, no por alusiones de superioridad)
¡Cómo iba el crío…! No le pusieron la gorra, porque le tapaba la cara y fue un acierto porque ya estaba muy bien tapado como iba.
¿Y los regalos…? ¡Madre, mía! Cosas útiles, que juguetes ya tenía muchos y Toñico, no tenía manos para abrir tanto envoltorio y tanto paquete. Entre ellos, uno especial del abuelo y yo lo pude ver después de la ceremonia. Al salir de la Iglesia y tras los besazos de rigor, el padre ha dicho al niño rodeado de casi todos los que estábamos y que no éramos de la familia, es decir, a los de “cumplido”:
-Toñico, hijo, enseña “la joya”…
Y el comulgante, se ha levantado con muchos esfuerzos, la manga con sus galones dorados, la del brazo izquierdo, y ha dejado ver un reloj que no sé si sería de oro, pero lo parecía, con las horas marcadas por pequeños zirconios que despedían mil destellos a la luz del sol y que nos ha dejado a todos boquiabiertos…
-Le está mú grande, maestra,- me ha dicho el abuelo ( porque la esfera, sobresalía por los lados de la pequeña muñeca ) - pero ya crecerá y siempre se va a acordar de este día tan grande y de su abuelo que se lo ha regalao…
Luego de bien admirado el reloj por los mayores, la madre le ha dicho al crío:
-Corre, hijo mío, ahora enséñaselo a los titos y a los primos. Acércaselo bien al bisabuelo que ya sabes que tiene gafas…
Y allá que se ha ido el Antoñico, despertando toda mi ternura, con los entorchados al codo, almirante de secano, mosquita en nata, con el brazo al aire a enseñar y lucir la joya…
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Perlas del Segura
36 comentarios:
¡Qué relato tan tierno y tan sentido!
Gracias por poner mi pequeño regalo en tu entrada, de corazón.
Un beso,
Soledad.
Los gitanos
tan dispares
y tan hermanos
son los legados
de las tradiciones
y otroras pucheriles
de latones cuestiones
No es sino, Perla,
el sagrado vino
bebido
del padre al hijo
con el debido
respeto
por el sabio
el abuelo añejo.
Desde el más pícaro
hasta el más bondadoso
es bueno ver en la familia
tuya o ajena
algo tan hermoso.
Un reloj,
junto a la pluma
la pipa
la capa y la espada
una buena fortuna.
Un reloj
para cazar al tiempo
antes que el final del cuento
te cace a ti.
Saludos gatunos!!
Muy buen blog, espero tu visita al mio, es un blog diferente,pero tiene sus razones.
Abrazos.
Perlita, cómo me ha gustado tu relato, mucho, mucho.
Es curioso saber de algunas costumbres que aún nos quedan lejos.
un besito
Me gusta pasarme por tu bitácora precisamente por cosas como esta.
Soledad, es de justicis reconocer tu regalo.
Por otra parte, el mundillo de los gitanos, siempre me interesó, sobretodo, cuando son pequeños, con sus gracias y su peculiar forma de ver la vida y me pareció bien contarlo.
Besos.
Almatina, ¡cómo me quedo cuando álguien tiene esa facilidad para improvisar poesía!
La verdad es que siempre había pensado que la rima era el alma de los versos, pero desde que entro a conoceros por medio del blog y veo esta sucesión de palabras que dicen, que mueven y que satisfacen, me voy afianzando en la idea de que ser poeta, se puede ser de muchas maneras.
Gracias por tu forma de comentar.
Un beso
José Manuel...Ya te visité...
Gracias.
¡Hola Frabisa! Los gitanos son un pueblo muy conservador y ¡tienen una cocina! Da gusto que te inviten a comer...
Un beso
Illán, cualquier día te pongo por aquí, porque creo que te lo mereces.
A ver cuando nos conocemos, paisano.
Es curioso, convivimos con personas de etnia gitana desde siempre y sin embargo, aún nos "chocan" sus costumbres y ritos.
Un abrazo
pase a saludarte, perdo hace mucho que no venia esque he tenido muchos problemas que me a dejado el alma mal herida pero aca estoy de pie ota vez, hasta siempre nos leemos.
Perlita, realmente un relato muy tierno, con muchísimos detalles... de todo tipo...
Te mando un beso enorme.
Perlita me ha encantado tu relato, veo al pequeño almirante rodeados de todos los que le quieren con el reloj y el traje grande para que dure, que no hay que tirar "na".
Tienes mucha gracia, Perlita.
Ah, que le contarás a tu nieta mi cuento de amor y que le gustara es lo mejor de lo mejor.
Y, aunque con retraso, ¡Felicidades por tu cumple!
Besos.
Aunque leí tu post, he de decir que no te dejé ningún comentario, pero es que me repito más que las sardinas: "me gusta mucho tu forma de narrar".
Je je... gracias por tus comentarios... Anda que como te enganche el Tarot.
Seguiremos leyéndonos. ¿Sabes? Está muy bien este mundo de blogueros; se conoce mucha diversidad llena de interés y creatividad.
Un saludo enorme
Fermina,¡que si he convivido! Afortunadamente, ya se van integrando pero les cuesta...Me lo he pasado bien en su mundo.
Besos.
V.Rocco..¿quién no tiene problemas? No te preocupes, ya veo que tienes muchos visitantes.
Hola Juan Pedro. Hay que poner las cosas tiernas porque de todo hay. Mejor así ¿O no?
Gracias por tu comentario. Un abrazo.
Tesa, el crío, renegrido y menudo...¡era precioso! Te habría gustado hacer una cuantas fotografías por allí porque no tenían desperdicio, desde los bailes magníficos entre ellos y los que tuvimos que marcarnos algún payo que otro(yo misma) con todo el cuidado del mundo para no hacer demasiado el ridículo...¡Un poema!
Besos.
Hada, muchas gracias. Me temo que el Tarot me impresiona demasiado como para aficionarme. Lo dejo para las buenas seguidoras como tu y ¿quién sabe? Puede que hasta nos conozcamos alguna vez y me expliques...
Un fuerte abrazo.
Perlita, te imagino con los ojos entrabiertos para poder evadir el destello cegador de los zirconios, imprescindibles para un reloj, como regalo especial, del abuelo, ese miembro tan importante en la etnia gitana..."el patriarca"!
Un relato muy tierno, y a tí Perlita que te quiten lo bailao!
Besos:)
Qué de veces la realidad es mejor que la mejor ficción. Enhorabuena por tu relato, por la ternura y el cariño que rezumas (se te nota, no lo niegues). Nos la has transmitido muy bien. Ojalá el Toñico pueda leerte también.
Besines.
hola, no me molesto es que yo soy un burro que apenas se escribir, te agradesco de corazón tu aporte chau cariños.
Tierno y muy muy realista y gracioso. Me he reído mucho. Todavía recuerdo el día de mi primera comunión. Un prima segunda (porque a las comuniones van todos los primos, hasta los cuartos) me regaló una calculadora supercutre. La pantalla se veía al deslizar una especie de solapa que tenía forma de cara de rata. El resto era de color rosa. Por supuesto, no faltaron los pendientes y las medallitas de la vigen. En cuanto al vestido, muy sencillito. En realidad, creo que era de las pocas niñas que iban vestidas de comunión. El resto iban vestidas de novia.
Siempre tus hitorias son entrañables, tienen algo estas familias que los payos hemos perdido, y es que están muy unidos, donde va uno, allí están todos.
Un abrazo
Sandra
Tierna y hermosa tu historia, que agradable y bello blog tienes, quiero darte loas gracias por tu huella en mi casa de sentimientos...
Un abrazo.
bellisimo, eres un angel.
un beso
Sibyla, después me enteré que el reloj era de oro...Lo gracioso es que ellos decían para referirse a él "la joya". Me lo pasé muy bien, la verdad. Hasta bailé con el bisabuelo que era de mi quinta...¡quién me lo iba a decir! Maja gente.
Un fuerte abrazo.
Gracias, Eduardo. Si, escribo como hablo y si doy esa impresión, mejor. No me analizo, pero siento las cosas...
¿El Toñico leerme? Porque no sabe nada de estos blogs, que si no... Pero entiende de ordenadores más que yo, sin que para eso se necesite mucho, vaya. Tiene unos juegos implantados en él de eliminar soldaditos en una isla muy frondosa, que...¡me dan una pena los soldaditos! No deja uno, el muy bandido, con su tremenda habilidad, así que si sigue haciendo las mismas cosas de su familia, será bueno y vivirá bién pero si no...Mejor no pensarlo.
Víctor, no te valores tan mal, hombre. Un descuido lo tiene cualquiera.
Un fuerte abrazo.
¡Ay, Estátua...!No te figuras cómo me he reído con tu comentario. Tú por lo menos tuvistes regalos que yo, se había muerto mi abuelo y no me pusieron un traje negro porque mi padre, que falleció poco después, se negó en rotundo. Fui de Comunión. Nada de novia pero, al verme tan compuesta (me advirtieron que si bailaba el Niño Jesús lloraría) dí más vueltas que un molino con aquellos vuelos y, por supuesto, fui una desobediente porque bailé lo que me dió la real gana,así que si Jesús lloraba por eso, ese día no ha tenido que perdonármelo todavía. Y mi regalo,una enorme tarta de merengue que es un manjar del que todavía soy adicta, adicta, adicta...
Me río con tus cosas, amiga...
Besos.
Sandra, hace muchos años, por la entrada de Torrevieja desde El Pilar de la Horadada, había una familia gitana de lañadores (los que arregaban lebrillos y cántaros) que eran toda una institución. Casi lloro cuando me dí cuenta de que de aquel pueblo entrañable al que acudíamos a los bajos de alguna casa para oír ensayar habaneras, ya no queda nada y, por supuesto, de aquella familia gitana tan querida, solo el recuerdo...ni rastro. Cosas del progreso ¿verdad?
Un beso
Vicky, volveré por tus escritos.Esos sí que son buenos.
Besos.
¡Hola Ana!. Muchas gracias por tus palabras. Te visitaré aunque estoy muy intrigada.
Señorita Perlita, ¿qué puedo yo ofrecerle en mi zaquizamí de especial o de poética belleza? si a su zaguán, siempre llego al zafarrancho y voy a la zaga de joyas que, como en esta escena del zagal Toñico con zamarra de almirante, usted hace zambullir en fuertes rojos, zarandeándole feliz por oros y zarcillos cargados de zafiros o zirconios.
Donde nos regala en comunión, con descripciones ricas, zafadas de prejuicios o de verso zaino y zalamero; escenas donde usted con gracia se mueve zamaqueando con gitanos, zampándose el festín, untando hasta en la zafra; bailando con estilo de palabras y con el abuelo se marcaría hasta una zamba si pudiera, que tiene más gracia el zíngaro en su zanca, que el zorro zambo en su cuerpo entero.
Zamacuco de la Vega, que zaborda frente a su playa de prosa, con zafacones de Zetas que parecen despojos propios de zahúrda, creando solo zalagarda el zancajoso.
Pero que humildemente con un beso de mi bezo le roza, quien en su ajimez se enzarza en una zapateta, para acabar en zanja y a la altura de su zapatilla, suyo Z+-----
Señor de la Vega:
No he podido por menos que dar una zapateta divertida cuando he leído su comentario. Me reconozco algo ...zoquete para entender todo lo que enlazado a sus zetas me escribe, pero capto el mensaje que como siempre, le agradezco.
Estoy sentada en mi camilla y tengo puesto sobre el zofra de zarzahán un zatico que voy royendo para ver si mitigo un poco mis ganas de echarle una sopada al zarangollo que he hecho de cena a mi familia,
pero todo sea por "la línea" y la moda.
En estos días poco corrientes por estas fechas, cuando corre fuera un zarzaganillo punzante, solo vale escuchar zarzuela para distraerse y no acordarse de la cena que se van a zampar mi marido y mis hijos, ni de los manjares gitanos que el otro día fueron mi gozo.
Espero, le confieso, que me da miedo quedarme como un zapilote, como un zapo inservible, pero no puedo seguir comiendo como en la comunión del Toñico.
Un abrazo con muchas zetas también, amigo.
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