Bueno, pues cualquier día la reclamo. Me refiero a la Ahambra de Granada porque ...¿para qué vamos a pensar en tener menos patrimonio? Las herencias, son las herencias.
Todos los bulos tienen algo para dar qué pensar porque la historia de que los que llevamos el apellido Rex, somos parte a tener en cuenta de esa herencia granadina y universal, es para pensarlo. Ha dado mucho que hablar en mi familia materna, portadores del breve apellido y ha dado también para reírnos las pocas veces que nos podemos reunir. Pensar en ello...pensamos porque somos muy poquitos.
Siempre creímos que el apellido era proviniente del vocablo "rey" según la declinación latina "rex- regis" y mira por donde, según un estudio heráldico, procedemos de una rama judía que andaba por España camuflada y harta de que le vinieran palos por todos los lados.
El bulo "lo trajo" como dije un par de entradas más abajo, el primo de mi abuelo, Nicolás Rex, ilustre escritor, poeta y artista en muchas artes porque lo mismo escribía, que pintaba que armaba un teatro en cuanto se lo proponía y en una reunión con parientes a cual más ilustre, valga la presunción, como eran José Martinez Tornel, Pedro Flores o José Planes, Nicolás averigua por Madrid, que en los jardines aledaños al Generalife, ya casi descolgada de la colina Cerro del Sol, junto a la Sabika, vivió en una modesta casa rodeada de huerta, una especie de mecenas cristiano que dio alojamiento a una hermosa muchacha hebrea huérfana para evitar que su desamparo le causase muchas más desgracias. Se llamaba Sara Rex...¿Época de los hechos? Ni idea. Mi abuelo materno era, además del mayor en la reunión, con formación, pero el menos intelectual, viudo desde los cuarenta y cuatro años, dedicado a su trabajo de recogida de pieles y sobre todo, a sus ocho hijos, no le dio mucho crédito a la supuesta herencia o no quiso hacerse ilusiones y distraerse de sus obligaciones.
La muchacha, que sirvió fielmente al hombre que la acogiera, no se casó y llevó una vida austera dedicada a sus quehaceres en los que se incluía el cuidado de los huertos con los que el cura fue ampliando, como pago (según) a sus labores de atención y cuidado de feligreses clandestinos, enfermos y simpatizantes y eso hizo que el hombre casi se metiera legalmente en el mismo Generalife.
Sara cambió su nombre por el de Micaela y aunque su recuerdo se difumina con el paso de los años, de forma ológrafa y a través de un sacerdote que le hace de confesor, lega en su ancianidad todo el patrimonio "alhambresco" a los parientes aquellos que ostentaran el apellido Rex...
Algo tuvo que haber, porque el ilustre arquitecto que devolvió todo el esplendor a la Alhambra, quitando toda la morralla arabesca exagerada que le habían ido poniendo, Don Leopoldo Torres Balbás (a cuyo hijo tuve ocasión de conocer ya octogenario aquí en Valencia) tuvo algún que otro problema con unos huertos de procedencia misteriosa. (Seguro que fue con el trozo de tierra que me correspondía y yo sin saberlo, (¡mecachis!).
Sea como sea, mi abuelo, sin un duro, declinó en favor de los parientes su parte en la cuestión de propiedad y se rió de la propuesta de abrir una investigación legal para reclamar derechos. Nicolás se desanimó y otros, desertaron de buscar caros abogados, pero...
El único que se interesó por la cosa, fue Pedro Flores, el más joven y asiduo a la tertulia aquella. Fue el único que acabó millonario, primero por su valía y después, quién sabe. Ahí sigue su familia, a los que no tengo el gusto de conocer, que viven muy bien aunque creo, que todo se lo deben si no estoy mal informada, a que son unos trabajadores incansables en sus respectivos negocios y son además grandes emprendedores sobre horizontes nuevos.
Creo que por 200 euros me sacan si tengo en el ADN algún gen hebreo...¿Qué me aconsejáis? ¿Podré reclamar todavía?
11 comentarios:
Si sentís curiosidad por los artistas que aquí nombro y que no he marcado porque no eran parientes directos, (solo Nicolás y Flores), os diré que sí lo eran entre ellos y aunque había diferencia de edad, disfrutaban haciendo sus tertulias particulares porque de una forma o de otra, todos estaban emparentados.
Todos eran murcianos...Orgullo por la patria chica...
Un abrazo gordo.
Mira que si el ADN demuestra algo de eso que nos cuentas, paisana.
De lo que no hay duda es que cómo te tira la tierra. Bravo por ello.
Interesante historia ésta de los Rex. Aunque lo mejor los tertulianos y sus tertulias.
Un abrazo de Mos desde su orilla.
En primer lugar enhorabuena por el nuevo aire que tiene tu blog. Me gusta mucho; el otro me resultaba un poquito difícil para la lectura con tanta perlita burbujeante; prefiero a la única que lleva el nombre y no a sus múltiples dibujitos.
Me quedé intrigada con la historia de Sara Rex; imaginé que habría tenido algún hijo, pero no... parece que lo legó a sus posible familia por apellido... ¡¡¡Qué cosas!!! Si te lanzas a la reclamación, a nosotros no nos importaría tomar el te contigo en una de las susntuasas salas de La Alhambra... Así que venga.. a por ello!!!
Besos
Estoy perpleja con la historia del post. Animo, adelante con tu herencia. Un saludo.
Sea como fuere, este "viaje" por el pasado, recorriendo la propia sangre, es una aventura maravillosa en sí misma. La historia y los protagonistas cercanos, seguramente te reservan muchas sorpresas. Y vaya, quizás aún una herencia, que no es poco guapa!
Perlita Bella!!!! Ha sido una hermosa sorpresa encontrarte nuevamente! Y aquí me quedo pegadita, muy cerca tuyo cielo!
Un enormísisisisimo Abrazo de esta argentina que te quiere mucho!
MOS:
Como soñar no cuesta dinero como diría cualquier supuesto antepasado judío mío que se precie...¡¡qué bien me vendría una herencia!!
Me temo que voy a seguir con mi pensión de jubilada docente muchos años, y que Dios quiera, porque más vale pájaro en mano aunque esté congelado...¿no?
Un fuerte abrazo, Carmen.
HADITA:
¡Ja, ja...! Me temo que me moriré con mi economía...saneada, pero la misma. Tampoco aspiro a más, la verdad, pero si hay por ahí algún Rex leyéndome y logró, al fin, lograr un hermoso botín, pues que se acuerde de esta parienta que tiene hijos con hipoteca...
Me alegra que te guste el nuevo formato del blog. Hago lo que sé y puedo aunque en principio yo quería que el río Segura que se me ha quedado detrás, estuviera en primer plano, apaisado y con toda la belleza que tiene cuando trae agua y recorre el Valle de Ojós, pero, no doy para más.
Ya te contaré la alegría que me ha traído esta entrada, mediante la cual he contactado con un nieto de Don Nicolás Rex...
Un beso, amiga.
EURÍDICE-V:
Pues mira, amiga mía, yo ni perplejidad ni nada. Eso no deja de ser una de tantas anécdotas de las que circulan en muchas familias y aunque parece cierto que la tal Micaela existió por esos lugares...¿dónde estará ya todo el legajo de herencia si alguna vez existió? Más vale que sigamos trabajando.
Un fuerte abrazo, Carmen.
SUSANA:
¡Qué gusto volver a "verte"!
Lo que da gusto es revolver por el pasado y encontrar a gente interesante. Esta entrada, además, me ha proporcionado la alegría de reencontrarme vía cibernética con los nietos del famoso poeta Nicolás Rex de mi tierra y del que partió mi escrito...¡Qué cosas!
En cuanto a la herencia...¡atenta! : puede que llegase algo a mis seguicores.
Un fuerte abrazo, amiga.
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