martes, 20 de febrero de 2018

PREGUNTAS SIN CASI RESPUESTA








PREGUNTAS ILÓGICAS

¿Por qué la desazón constante?
¿En realidad es tan larga la escalera?
¿Hace tanto frío?
¿Pasan las horas cada sesenta minutos?
¿Es necesario levantarse de la cama?
¿En realidad es necesario comer cada día?
¿Qué dicen los que están hablando?
¿Por qué se oye el silencio?
¿Importa mucho tener la razón siempre?
¿De qué te sirve esmerarte en comer sano?
¿Y la prisa? ¿No es importante llegar?
¿Por qué nos privamos de gritar?
¿Le importas a la gente algo?
¿Que más da ir descalzo o calzado?
¿Y por qué el empeño de querer entender?

La escalera, siempre es interminable.
Los escalones son demasiado altos y cansan.
Y la desazón no se desplaza, no se desliza, ni se mueve
Se queda como un inquilino moroso.



1 comentario:

Tesa Medina dijo...

Acabo de pasar una época bastante perturbadora y esas preguntas ilógicas de tu prosa me encajaban como un guante hecho a medida.

Llegué a creer que no saldría del "abismo"... Debes pensar, Perlita, que ésa no soy yo... Pues lo fui por un tiempo.

Sin embargo, he conseguido acortar escaleras, reírme de mí misma y de mis pretensiones de que nada me podía tumbar, y acordarme de eso tan sabio y genial que...

"Cuando tenía las respuestas, me cambiaron las preguntas"

Y lo mejor, vuelvo a tener mi espíritu luchador de siempre, el humor y la energía a tope.

¿Ha cambiado algo? Sí, mi actitud.

Lo que nos condiciona no es lo que nos pasa sino como gestionamos lo que nos pasa.

Me alegro mucho, pese a tu tono sombrío, tan poco habitual en ti, de reencontrarte.

Un abrazo,

Perlas del Segura