viernes, 18 de enero de 2008

Envidia

Mi alumna estaba deseando hacerme sus confidencias. Se había hablado del pensamiento aristotélico de "tábula rasa" y lejos de tomarlo por donde debía ser, no había escuchado nada y se lo tomó por el camino que le interesaba.

-Profe- me dijo- no me gusta nada mi cuerpo. Estoy delgada como un palo y no lleno nada mis ropas. Soy...una tábula rasa.

Las lágrimas afloraban en sus enormes ojos azules y me interesé por su problema. La entendí desde un principio porque en esa edad, todos hemos sentido alguna vez ese escondido complejo que nos ha atormentado cuando nos comparábamos con alguna de nuestras compañeras.

-Mujer...No debes preocuparte. Hay solución para todo y con el tiempo, todo se arregla y tu eres todavía muy joven y si no, en los tiempos estos en los que te ha tocado vivir, hay operaciones para todo y no como en mi época...¡entonces sí que había que aguzar el ingenio..!
Y le conté:
- En Murcia hay mucha industria artesana de figuritas de Belén. Cada año, nuestras monjas del colegio, nos organizaban una excursión para visitar las distintas exposiciones que se hacían y acabábamos después de recorrer los Nacimientos más notables, en el monumental y maravilloso Belén de Salzillo que se exponía en la Plaza de La Cruz al aire libre, junto a una de las entradas de la Catedral.

-Íbamos en el autobús todo el grupo que formaba lo que era nuestra pandilla y se nos "pegó" otra chica, de las "nuevas" aquel año, con unas ínfulas de superioridad que nos apabullaba a todas. No solo era inteligente, alta y guapa sino que además, lucía un busto abundante y bien plantado que era la envidia de todas las que con nuestros catorce o quince años, no nos habíamos despegado todavía de nuestro aspecto de "nenas" y dejábamos vacíos y "planchados" nuestros guardapolvos escolares.

-Cantábamos como locas, coreando, chillando y nuestra nueva compañera, daba saltos, danzaba y se desgañitaba más que ninguna como para sobresalir por encima de todas en eso también. La monja de turno, viendo aquellos botes de la chica, con el pecho danzante de arriba para abajo, le recomendó que fuera más moderada, pero la otra, ni caso y seguía danzando con una total descortesía ante nuestra condición de pobres destetadas.

-Pero...al pasar por un tramo de carretera de curvas y socavones (¡bien por la justicia Divina!)nuestra cantarina amiga, fue poniéndose de un color amarillo verdoso para pasar después a un azul grisáceo y macilento. Su voz se hizo eco lejano, dejó de cantar y le dio una vomitona que también nos quitó la gana de seguir haciéndolo nosotras.

-Casi todo lo que echó...se quedó en "el altar" que era su pecho dejándolo como un basurero. En la casa de La Misericordia de las Hijas de la Caridad, una de las Sores, le buscó ropa de las chicas internas y se la dio para que se cambiase.
-Vé y acómpañala a la habitación para que le ayudes a cambiarse - me dijo.
-No, Hermana. Estoy medio mareada yo también...-Me disculpé y era verdad.
-Yo iré- se ofreció otra compasiva del grupo
-No, no hace falta, Sor-dijo la accidentada. Puedo ir sola...
-Ni hablar -dijo la monja- Si lo prefieres, voy yo. Necesitarás ayuda tal y como vas.

-Así que prefirió a la compañera que apenas conocía y es preciso enumerar las secuencias de aquella puesta de limpio:
- Primero: Pasado un rato, apareció la afectada cambiada y lavada.
-Segundo: La acompañante, salió "mosqueada"porque la primera -fue lo único que contó- la había llamado alcahueta, curiosa, metomentodo, pamplinera y "lameculos".
-Tercero: Sospechosamente, tenía una teta más alta que la otra y poco a poco a lo largo de la mañana, se le fue bajando más hasta llegar a ser un bulto deforme cerca de la cintura...
-Cuarto: Maldije la hora en que no fui yo la que no la acompañé, porque..¿qué misterio encerraba la teta caída?

A la acompañante le dio por ser discreta y sacamos en claro que aquel pecho tan envidiable, era de pura guata, falso, y que en el aire flotaba la amenaza de un guantazo de la del vómito, que era la más fuerte, a la más débil, que había sido su ayuda, si se iba de la lengua...

De repente, mi alumna, rió divertida. Me dijo que siempre podría operarse que sería más fácil engañar que con la guata y mientras, pues ...¡quam tábula rasa!

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre he calificado de tramposo el interés -y el comportamiento, sobre todo-, de esas mujeres que tratan de recomponer su figura a base de colocar añadidos en las partes más variopintas de su cuerpo, poniendo trampas acá y allá para engañar a los demás por el procedimiento de aparentar tener lo que la naturaleza no les ha otorgado o el paso de los años les ha cambiado . Lo más llamativo de esa moda, por que salta inmediatamente a la vista, consiste en recrecer los labios para eliminar las saludables y honrosas arruguillas que Dios nos envía con el paso de los años, lo que -con independencia de la interpretación psicológica que merezca-, en muchos casos provoca una sensación de repulsión física que seguramente dista mucho del propósito de la afectada.

Creo que cuando esas mujeres justifican tal conducta con la excusa de que buscan "gustarse a sí mismas" o no buscar más que "su propia realización", están anteponiendo su hedonismo, su interpretación frívola de la vida, a otras consideraciones mucho más serias y, para mí, más honradas.

Otra cosa es, naturalmente, cuando unas lesiones originadas por causa de enfermedad, accidente, etc. que hayan causado deformidad, obligan a la interesada a reconducir su apariencia, por este procedimiento, hacia un modelo socialmente más aceptable, pero no es el caso de la mayoría de las veces

François de Fronsac dijo...

Hola.

Estimada amiga Carmen, me paso por tu bitácora y la coloco en favoritos, para visitarla.

Saludos

Anónimo dijo...

jajajaja, ¡que historia tan divertida!. En verdad, espero que lo de decirle a la alumna que ya podría operarse en el futuro fuera por quitarle el llanto y que se sintiera animada, por que pocas modas fueron tan grotescas como la de operarse para ponerse unas tallas mas de pecho, aunque no dudo que hay casos excepcionales.

Recuerdo el caso de un chico al que una ambulancia le llevó a Hospital por algún motivo no del todo preocupante y, cuando tuvieron que desvestirlo, le sacaron bastante, bastante algodón de los calzoncillos.

... si es que no hay nada peor que andarse con complejos.

perlita dijo...

Molinero, querido: Eso de tratar de "restaurarse" siempre ha pasado. La cosa está en ser comedido y lo que se tenga que poner uno encima, que sea "sin pasarse". Ni unos morros como neumáticos, ni unos pechos como globos de feria. En una buena medida. Un abrazo.

perlita dijo...

Nébulos, gracias. Da gusto recibir a personas que como tú, tienen esa constante inquietud por todo lo que es literatura. Un abrazo de Perlita.

perlita dijo...

¿Sabes Teseo? Lo que me dices es totalmente nuevo para mí...Eso sí que no lo había oído nunca. ¡A lo que se puede llegar...! Besos.

Sibyla dijo...

Perlita, qué relato tan divertido!
Me ha recordado a una de esas películas españolas, con Gracita Morales y Laly Soldevilla...
Lo cierto es que hoy día se terminaron para siempre las "tábulas rasas", pues la operación de cirugía con silicona, es lo que piden las adolescentes como regalo de cumpleaños.
El dilema ahora es saber(tanto en las piscinas o en la playa) qué mamas son auténticas o falsas...

perlita dijo...

Lo que sí he visto, Sibyla, es a una cría de quince años con unos labios tan gruesos como puños,exagerando, claro. A ella misma le ha pesado y no sabe como decírle a sus padres que se los va a quitar. ¡Si hubieran tenido estas jóvenes la economía de las de antes...!Un beso.

La estatua del jardín botánico dijo...

¡Hola! Esta es mi primera visita a tu blog. Me ha agradado mucho leer tu último post y ver el lienzo que has elegido como imagen de tu perfil. Resulta que tengo una reproducción del mismo encima de mi cama. ¡Qué casualidad!
Yo, a los 12 años aproximadamente, desarrollé de golpe. Estaba tan acomplejada que lo último que me apetecía era dar botes. ¡Con lo cómodo que es el pecho pequeño! ¡Qué necesidad habrá de meterse calcetines en el sujetador! En fin.
Me ha encantado visitarte y me encanta que me visites. Un saludo y, si no te importa, te hago un link en mi blog. Hasta la próxima.

Perlita dijo...

Es curioso, estatua del jardín, que tengas un Cupidón presidiendo en tu dormitorio. Me encanta todo lo de su autor, Bouguereau, en especial estos ángeles. Yo, por eso digo lo de curioso, tengo un plato, chino o japonés con el dibujo exactamente igual al que pones en una de tus páginas. Gustos afines,¿no crees?¿Eres Tauro, quizás? Gracias por tu visita y las aclaraciones de tu pseudónimo.
Otra cosa: Conocía la trampa de algodón pero lo de los calcetines...¡qué bueno!

Perlas del Segura